El periódico New York Times ha confirmado un rumor que ya existía desde antes de la compra de Nokia por parte de Microsoft: Nokia estaba experimentando internamente dentro de la compañía con Android y se estaba planteando sacar terminales móviles al mercado basados en Android una vez hubiese terminado el año 2014. El acuerdo que en su día Nokia firmó con Microsoft para convertirse en un partner preferencial para Windows Phone terminaba al final de 2014, y antes de esa fecha no podrían lanzar los terminales basados en Android.
Nokia es el fabricante del 80% de los terminales móviles basados en Windows Phone; haber perdido a Nokia como fabricante de terminales de su sistema operativo hubiese significado el fin de Windows Phone. Con toda probabilidad, esto ha jugado un papel muy importante a la hora de decidirse a ejecutar la compra.
Otra cosa que también ha pesado en la decisión al parecer es el hecho de que Microsoft va a ejecutar esta operación de compra con dinero que se encuentra "fuera de Estados Unidos", dinero por el cual tendría que pagar una cantidad considerable de impuestos si lo decide llevar de vuelta a Estados Unidos para realizar una compra dentro del país, o para repartir dividendos entre los accionistas. Realizar esta compra hará que nunca tengan que pagar esos impuestos por ese dinero.